La Adrada, cuenta desde el año 2004 con una Ciberbiblioteca Municipal que ha sido un modelo a imitar en otras muchas localidades. Es un lugar acogedor y bien acondicionado para la lectura, el estudio y la consulta de un importante fondo bibliotecario, completado día a día gracias a la aportación del Ayuntamiento y a la donación de los vecinos de La Adrada.
Precisamente, uno de sus vecinos, Miguel Ángel Esperón, poeta asturiano residente desde hace ya unos cuantos años en La Adrada, ha tenido la gentileza de donar a “La Ciber” ejemplares de su obra poética “Sueño verde” y “Pinceladas de espuma”, libro este último, publicado recientemente.

Miguel Ángel Esperón Alonso, nació en Oviedo (Asturias) en 1933. De jovencito publicó dos libros, “En tinieblas” y “Sombra y Verde”. En 1997, “Musgo y Piedras”. En el año 2002 “Sueño verde”,
y ahora en 2006 “Pinceladas de espuma”.

Sencillez, musicalidad, ritmo, amor a la naturaleza, infinita soledad y tristeza, están presentes en “Pinceladas de espuma”. Otros temas principales, la mujer y la muerte entran en este baile de poemas y, sobre todo, ese final, ese remate de la poesía tan difícil de igualar.

Sueño verde es un interesante libro de poemas que lleva al autor por el misterioso mundo del amor y el desengaño haciéndonos partícipes de este maravilloso sentimiento. A través de sus ideas podemos comprender como, en la vida, vamos pasando por una etapas en las que estos sentimientos forman parte de nosotros y nos invaden. Su poesía aparece tratada con un estilo personal e íntimo, siendo la naturaleza una reflexión del sentir más profundo donde una mujer se muestra protagonista.
En lugares desfavorecidos de este mundo, un gran número de voluntarios y voluntarias dedican su trabajo en favor de las personas que necesitan apoyo y ayuda. Lo hacen con la plena convicción de fomentar una mejor calidad de vida, ampliando sus relaciones humanas de una manera sincera y desinteresada.
En este contexto se enmarca el saludo y las fotografías, que Mónica desde Perú desea compartir con nosotros. Desde esta web, la deseamos éxito como voluntaria en esta encomiable y solidaria labor.
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¡Hola!., Soy Mónica de La Adrada (fútbol sala). Aquí mando alguna foto de mi experiencia como voluntaria de fisioterapeuta en Perú, saliendo por el Amazonas para hacer reconocimientos posturales, y junto con médicos y enfermeras llevar medicinas a los caseríos peor comunicados con Iquitos (Perú).
Ya mandaré más, porque en mi semana de vacaciones he visitado Cusco, MachuPichu y como me ha parecido tan impresionante me gustaría compartir mi visión, (tengo que descargarlas la próxima semana).
Un saludo, enhorabuena por la página; aquí en Perú (solo los tres meses de mi voluntariado) me siento como en casa!!
Más fotos en el álbum
Hay cosas que deberían ser intocables y una de ellas es el paisaje natural.
Hace más de quince años, cuando en la ladera de la montaña se levantó la urbanización La Solana, se impidió que la voracidad constructora siguiera ascendiendo por la pendiente, con la intención, pienso yo, de no dañar más ni el paisaje, ni el hermoso patrimonio forestal que dispone la villa de La Adrada.

Por eso, quince años después, sorprende divisar en ese mismo sitio, una grúa que se yergue desafiante y triunfal a la entrada del bosque. Otro lugar del pueblo donde va a desaparecer sin más, la vegetación, para dar paso posiblemente a varias hileras de pisos bajos, ahora llamados (o mal llamados) “chalets adosados”.


Defender el entorno natural, es una parte muy importante de nuestra cultura, la de ahora, pero también la del futuro, y excavar en la montaña para construir, aunque se haga legalmente, puede ser consecuencia de una idea aberrante, posiblemente fruto del pensamiento de alcaldes que creen que los recursos del municipio van a mejorar ostensiblemente si el número de viviendas construidas se duplica cada año, y de la insensatez supina que propicia el urbanismo desaforado, que en el caso de La Adrada, con toda una indeseable secuela de impactos visuales y ambientales, parece desbordar su infraestructura municipal, dando la impresión que ya está alcanzando unos niveles de saturación difíciles de gestionar de una manera eficiente, sostenible y saludable. Por citar dos simples ejemplos, pensemos en los recursos de agua potable y el tratamiento de las aguas residuales.
Bueno…, que le vamos a hacer, si queremos seguir disfrutando del paisaje de esta montaña, simplemente tendremos que alzar un poco más nuestra mirada.



Del 8 al 11 de septiembre de 2006, La Adrada celebra las tradicionales fiestas de su patrona, La Virgen de la Yedra
Fiestas más íntimas que turísticas, que conmemoran el hallazgo de la imagen de la Virgen en La Adrada, allá por el siglo XIII, cuando un sacristán de paso por el pueblo, se la encontró sobre un muro cubierto de yedra.
Dice la tradición, que a pesar de que la imagen fue devuelta en varias ocasiones a la abadía de Burgohondo de donde procedía, la Virgen regresaba de nuevo a la Yedra y que ya desde entonces estos sucesos convencieron a los adradenses para que la Virgen se quedara para siempre en La Adrada y fuera su patrona.
PROGRAMA

Comentario de: Erasmus
Hace más de veinte años que no regresaba a La Adrada. Desde el día en que me fui, siempre he guardado en mi memoria el encanto de un precioso pueblo y de la calidez de sus gentes.
Estuve el último fin de semana de agosto recorriendo sus calles, recordando rincones en los que jugué en mi niñez, admirando lo bien que se está reconstruyendo el castillo.
Pero, lamentablemente, también pude comprobar el alocado crecimiento de nuevas urbanizaciones, la presencia de bastantes casas, sobre todo en el casco antiguo, en malas condiciones, las calles muy mal pavimentadas.
En cuanto a los bellos parajes que recordaba, recibí una fuerte impresión al comprobar el deterioro por falta de limpieza de algunas zonas; en especial la suciedad que pude observar en el entorno de la presa grande, donde además de latas, textiles, plásticos, también había escombros de algún baño.
Otro camino, que está de pena, es el camino forestal que sube a la urbanización Castaños de la Villa; donde se pone a prueba la pericia del conductor que ose hacer uso de ese camino.
Recuerdo que hace años, incluso en verano, las gargantas mantenían un exiguo caudal, pero lo que he visto ahora es la más absoluta sequía.
En difinitiva, ladrillos a mansalva, deterioro de edificios, calles levantadas por falta de mantenimiento, escasez de agua, montes sucios o abandonados, y lo que más me entristece es que estos problemas tendrán una difícil solución si, como he oído, los políticos de La Adrada no ven mas allá de su ombligo o sus consignas son las dictadas por su partidos políticos, en lugar de solucionar los problemas del municipio.
Erasmus
La Adrada, 2006