El fotógrafo
El pueblo carecía de fotógrafo antes de los años 50. Para retratarse se acudía a los servicios del “Manco” (tío del adradense Oscar Díaz), que en Sotillo de La Adrada y hasta su fallecimiento tuvo una espléndida bodega con riquísimo moscatel y licor gloria, capaz de deleitar a cualquier paladar.
Fue en aquellos años a todos los efectos, el fotógrafo de La Adrada.
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