Eugenio nos llevó ejemplares de diferentes colmenas que se utilizaron y utilizan actualmente en el Valle del Tiétar. Las primeras hechas en troncos de corcho, con la dificultad que suponía la extracción de miel y cera. Lorenzo Langstroth, inventó y patentó la primera colmena móvil en 1852 en paneles horizontales (se podían superponer varias). La modificación que el Rey Alfonso XIII, aficionado a la crianza de abejas y apicultura, hizo en tamaño, dio lugar a la “Nueva Apicultura”. Hoy en día hay colmenas portátiles de paneles verticales que permiten cambiar de ubicación según va ocurriendo la floración a lo largo del año.
Aprendimos que las abejas trabajan durante todo el año, aunque reducen la actividad y número de individuos en el invierno, ya que es el único himenóptero que tiene la capacidad de almacenar alimento.
Conocido es de todos, que una colmena tiene tres tipos de individuos:
– La abeja reina, única en cada colmena, vive unos cinco años, y nace a los 16 días de la puesta. El abdomen es más grande que el resto y se dedica únicamente a poner huevos (unos 3.000 al día). Es alimentada desde su fase de huevo exclusivamente con jalea real y el desgaste energético para tanta actividad es muy alto. Es fecundada en vuelo por un macho (zángano) solo una vez y este es elegido por su resistencia entre varios que cortejan a la reina.
– La abeja obrera, vive entre 50-60 días y tarda 21 días en desarrollarse. Se alimenta de miel y polen. En su corta vida pasa por dos fases: la fase nodriza, que dura 21 días y se dedica a limpieza de la colmena, producción de jalea real, cera, y transformación del néctar de las flores en miel; en la fase pecoreadora, se dedica a la recolección de polen, néctar y propóleo.
-El zángano: vive de primavera a otoño, se alimenta de polen y miel, y tiene que alimentarlo las abejas obreras mediante un proceso denominado TROFALAXIA. Ayuda a la termoregulación de la colmena y su principal función es la fecundación.
Hay evidencia de la recolección de productos de las colmenas desde la prehistoria. En España tenemos una manifestación en cuevas prehistóricas de la Comunidad Valenciana. También hay representaciones en la cultura egipcia y romana, de la recogida y uso de la miel como bebida.
Eugenio nos habló de cómo se hace la producción y recogida de la miel actualmente. Nos presentó como se preparan las colmenas antes del inicio de la primavera, el cuidado diario de las colmenas (labor imprescindible para evitar el ataque de individuos dañinos que pueden terminar con la colmena en unas pocas horas), la extracción de la miel y cera…, para ello, nos llevó un traje de apicultor, y el ahumador que hace que las abejas se pacifiquen; creyendo que hay fuego cercano y que van a morir por el fuego, se resignan bajando su actividad y pacificando el comportamiento. Nos aclaró, que las abejas no atacan al hombre y que cuando pican es porque ven en peligro su hábitat y lo defiende de cualquier agresión.