Apfelstrudel en La Adrada
Un manjar de origen turco, muy popular en Austria y Alemania
Este fin de semana, al igual que tantos otros, quisimos olvidar los problemas de la gran ciudad para sumergirnos en un mundo de quietud, sosiego y tranquilidad. No era preciso pensar demasiado, pues la elección ya estaba hecha casi sin querer.
La Adrada, que es una villa de referencia histórica en todo el Valle del Tiétar y está situada dentro de un hermoso paraje con exuberantes bosques, praderas y montañas, era ese lugar cercano y a la vez ideal, para descansar, recuperar fuerzas y aprovechar la oportunidad que nos ofrece el tiempo libre para disfrutar de largos y tranquilos paseos.
Así que en este lugar nos aposentamos e hicimos en la mañana de un soleado domingo una pequeña caminata que resultó muy placentera, y aunque el campo debido al calor anticipado del verano que se acerca está más seco que en los dos primeros meses de la primavera, el paisaje sigue siendo hermoso.
Y si a todo esto añadimos las delicias gastronómicas, que pudimos degustar con unos buenos amigos en el nuevo restaurante El Castillo, a base de refrescantes gazpachos y tomates rellenos, riquísimos espárragos verdes a la plancha, pichón asado, cochinillo y chuletón de Ávila, todo ello regado con un noble vino de crianza y acompañado en el postre con un sublime Apfelstrudel (un manjar de origen turco, muy popular en Austria y Alemania) especialidad del establecimiento, para qué decir más.
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