Paseo hasta el puente Mosquea siguiendo el río Tiétar
Por Conchi Roldán Martínez y Juan Luis Calzado Manjón-Cabeza
Miembros de la Asociación de Amigos de La Adrada.
Este paseo lo realizamos en la primera quincena de julio de 2011, como habitualmente hacemos los miembros de la asociación en verano una vez por semana.
Conocíamos el puente Mosquea pero nunca habíamos ido siguiendo la orilla del río.
Nos guió un miembro de nuestra asociación, José Luis Montero, y descubrimos un agradable paseo, con una distancia media y exento de dificultad. Pese a ser verano, nos sorprendió el verdor que había en la ribera del río y que este aún llevara agua. Por este motivo queremos recomendar la ruta.
La primera parte del recorrido la hicimos en coche: salimos de La Adrada por la carretera de La Iglesuela y, después de pasar el río Tiétar y dejar a nuestra derecha el puente Mocha, apenas en unos metros tomamos la primera entrada a la izquierda –que está indicada para La Espuela– y subimos por la carretera hasta llegar a una explanada, delante del picadero, donde dejamos los coches. Desde el pueblo son unos 5 km.
La Espuela. Foto: Conchi Roldán
A la derecha del picadero sale un camino ancho, cómodo y bien definido que recorreremos durante aproximadamente 1 km hasta llegar a un pilón.
Camino. Foto: J. Antonio Rguez
Durante el trayecto se pueden contemplar hermosas encinas, pinos y más adelante algunos enebros. También se puede ver ganado y un prado a nuestra derecha repleto de poleo.
Encina. Foto: Conchi Roldán
Enebro. Foto: Conchi Roldán
Ganado. Foto: J.Antonio Rguez
Poleo. Foto: Conchi Roldán
Una vez que llegamos al pilón, que está situado enfrente ligeramente hacia la izquierda, hay que obviar un camino que viene desde nuestra derecha y seguir de frente dejando el pilón a nuestra espalda. El camino se vuelve menos delimitado, bronco y cuesta abajo.
Pilón. Foto: Conchi Roldán
La vegetación se torna más de ribera y enseguida nos encontramos con el río.
Rio Tiétar. Foto: Conchi Roldán
Caminamos hacia la derecha por una senda que discurre junto a una valla de piedra. No tiene pérdida, pues dicha senda la seguiremos siempre con el río a nuestra izquierda hasta llegar al puente. Nos sorprendió la cantidad de helechos a pesar de lo avanzado del verano. Es aconsejable ir en silencio para poder contemplar y escuchar algo de fauna: sapos, ranas y tortugas son habituales y, si tenemos suerte, algún pato. Además, es una ocasión para observar la diversidad de aves que habitan el valle.
Senda al lado del rio. Foto: J. Antonio Rguez
Finalmente, después de contemplar el puente y descansar un rato, volvimos por el mismo camino hacia los coches.
Puente Mosquea. Foto: Conchi Roldán
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