El Valle del Tiétar, es uno de esos lugares en los que se pueden practicar deportes aéreos y a su vez conjugarlos con la belleza del paisaje. Quienes vuelan en parapentes, paramotores, planeadores y alas deltas, tienen la posibilidad de divisar desde la posición privilegiada que les confiere la altura, espléndidas vistas de toda la comarca.
En esta imagen tomada el pasado domingo, vemos a un practicante de este sugestivo deporte, sobrevolando a unos 150 metros de altura con su paramotor, la Villa de La Adrada.
Con seguridad el deportista habrá podido contemplar desde la altitud, una estupenda perspectiva de los campos de La Adrada y de la gente que en este soleado día de invierno, disfrutaban también a esas horas, de un apacible y reconfortante paseo.
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