Amelia Marrupe, elegida Alcaldesa de La Adrada
Amelia Marrupe, del grupo de concejales no adscritos, obtiene la alcaldía de La Adrada, la cuarta en esta legislatura, tras salir ganadora en la votación con motivo de la moción de censura, celebrada este lunes, en cumplimiento de una sentencia judicial del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, y en la que no estuvieron presentes ni el concejal del PSOE ni los dos ediles del APLA.
Esta moción de censura no pudo debatirse hace un año, al quedar entonces anulada su celebración, a instancias del Abogado del Estado, por el Juzgado Contencioso Administrativo de Ávila. Por esta circunstancia, al anterior alcalde, Hilario Gabriel Ruda permaneció en la alcaldía, gobernando el Ayuntamiento en minoría, hasta el 8 de noviembre pasado, cuando una vez conocida la citada sentencia presentó su dimisión.
Desde esa fecha y hasta el lunes 11 de diciembre, ha ocupado la alcaldía Miguel González, de la Agrupación para el Progreso de La Adrada (APLA), primero como alcalde en funciones y luego del 5 al 11 de diciembre como regidor del municipio, al haber salido elegido en un Pleno con el apoyo de tres de los once concejales del consistorio.
Entre las medidas que fundamentan el fallo de la sentencia, que ha dado ahora la posibilidad de realizar la moción de censura anteriormente anulada, y en la que ha sido elegida alcaldesa, Amelia Marrupe, figuran:
“tampoco la Sala puede compartir los argumentos esgrimidos por el auto apelado, porque basta leer la exposición de motivos de la L.O. 8/1999 en la que se da nueva regulación a la moción de censura, para concluir que el interés público en este caso consiste en salvaguardar lo máximo posible la discusión y votación de la moción de censura, toda vez que ello es lo normal y natural en un sistema democrático, de no ser así, y como denuncia el apelante, los concejales que forman mayoría se encontrarían en oposición, permaneciendo en la Alcaldía el grupo minoritario, siendo el resultado de todo ello un Ayuntamiento ingobernable,” (…)
“En el presente caso, ponderando los intereses en juego, no ofrece ninguna duda a la Sala que resultaría menos perturbable para los intereses generales y para el normal funcionamiento de la Corporación Municipal, que la moción de censura firmada por la mayoría absoluta de los concejales pudiera debatirse y firmarse, que no suspender dicho pleno permitiendo la permanencia en el cargo del Alcalde, apoyado por un grupo de concejales en minoría, lo que no concuerda con la filosofía que inspira el sistema democrático ni con el sistema de las mayorías”(…)
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