¿Podría construirse la autopista y declarar al mismo tiempo la zona como Parque Natural, para evitar la edificación masiva?
Por un lado:
Desdoblar la 501 es una vieja reivindicación de muchos vecinos de los pueblos de la zona, ya que favorecería la movilidad y la seguridad de 15.000 automovilistas diarios y evitaría los atascos constantes de los fines de semana, especialmente en verano.
Por otro lado:
La supervivencia de especies amenazadas (especies protegidas como la del lince ibérico podrían desaparecer para siempre de Madrid al alterar su hábitat), un informe exhaustivo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas que desaconseja acometer esta obra, y la oposición también de muchos ciudadanos y asociaciones ecologistas, no solamente por el impacto ambiental de la construcción de la carretera en sí, sino también por todo el ‘pelotazo’ urbanístico que conllevaría la vía, temiendo que sea el primer paso a la urbanización descontrolada del Valle del Tiétar.
Los ecologistas denuncian que el desdoblamiento de la carretera 501, uno de los proyectos más polémicos del Gobierno de Esperanza Aguirre, carece de todo tipo de autorizaciones y no se ha sometido a ninguno de los procedimientos establecidos por la normativa regional, nacional y europea. Por ello, ha sido denunciado ante el Defensor del Pueblo, ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y ante la Comisión Europea. En los tres casos las denuncias se han admitido a trámite. Igualmente han solicitado a Elvira Rodríguez, nueva Consejera de Transportes e Infraestructuras que paralice el proyecto de desdoblamiento de dicha la carretera. Las organizaciones ecologistas le recuerdan que como ex-ministra de medio ambiente y conocedora de la legalidad ambiental no debe asumir la responsabilidad de la ejecución de una obra que carece de todo tipo de autorizaciones y que sólo responde a intereses urbanísticos.
Ante toda esta polémica, muchos otros ciudadanos podemos pensar que si lo que se que se persigue realmente es evitar que en la zona haya un incremento salvaje del urbanismo, podríamos exigir que se declare toda la zona Parque Natural. Un primer paso para ello seguramente podrían ser las medidas ya aprobadas en este sentido como son la regeneración de 125 kilómetros de los márgenes del río Alberche, el enterramiento de 20 kilómetros de líneas eléctricas para proteger a las aves y la compra de 15 fincas para proteger nidos.
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